La Coral Lucentina nace en el mes de febrero de 1956, pero su origen hay que enmarcarlo en los actos que tuvieron lugar con motivo de la Coronación Canónica de la Patrona de Lucena, María Santísima de Araceli.

Cuando, el 18 de noviembre de 1947, se reunió la Comisión Pro-Coronación, se trató, entre otros asuntos, del futuro Himno de la Coronación. Encargando a Don Jaime Gregori Corsá, director del Colegio de los HH. Maristas de Lucena y a Don Antonio García Molero, acreditado industrial de la localidad, para que se desplazaran a Madrid y realizaran las oportunas gestiones para que Don José María Pemán asumiera el encargo de escribir los versos del futuro Himno, que ensalzara, junto con el sentir de los lucentinos, las glorias de María. Encargo que realizaron con total éxito ya que el ilustre gaditano aceptó con sumo agrado el encargo, cuya letra fue recibida por la Comisión gestora a finales de ese mismo año.

Seguidamente se promulgaron las bases por las que se regiría el concurso a nivel nacional que viniera a poner música a la letra concebida por el ilustre poeta andaluz. Oídas que fueron las 74 partituras recibidas por la comisión de expertos creada para tal menester, resultó elegida la titulada “lanua Coeli” firmada por el maestro Don Luis de Aramburu, organista de la Parroquia de San Miguel de Vitoria, a tenor de lo que dictaminó el jurado, compuesto por los señores Don Norberto Amador como presidente, el compositor mejicano Don Miguel Bernal y los profesores del Conservatorio Superior de Música de Sevilla Don Telmo Velo, Don Emilio Ramírez y Don Emigdio.

El Himno se interpretó por primera vez el día 1 de mayo de 1948 en el Teatro Principal de Lucena por el magnífico Coro Easo de San Sebastián compuesto por 43 profesores solistas y dirigido por el Maestro de Capilla de la Catedral de Sevilla Don Norberto Almandoz, acompañado al piano por el propio compositor Don Luis de Aramburu. Se interpretaría por segunda vez en la Misa de Pontifical que precedió a la apoteosis de la Coronación.. Es necesario recordar que la actuación del referido Coro Easo, despertaría en las diversas agrupaciones musicales de la localidad, nuevas y renovadas ilusiones en conseguir formar un conjunto de voces que, sin llegar al grado de excelencia del coro donostiarra, al menos paliara el vacío que se dejaría notar en las Fiestas de nuestra Excelsa Patrona, como consecuencia de la extraordinaria actuación de ese conjunto coral.

Todo esto acontecía en el año 1948, una época en la que, a pesar de que por el número de habitantes de Lucena figuraba como la ciudad más importante de la provincia de Córdoba, no estaba sin embargo a la cabeza en renta per-cápita, pues siendo su principal riqueza el monocultivo olivar, el pleno empleo sólo se conseguía esporádicamente. La penuria económica acarreaba, al tiempo, peores condiciones sanitarias, culturales, recreativas, etc. No obstante, y a pesar de las deficiencias existentes, con la carencias propias de unos años en los que todavía se dejaba sentir la atrocidad de una guerra civil recién pasada, hay que destacar que las bellas artes y particularmente la música, brillaban con luz propia en esta ciudad, pues ya en las primeras décadas del siglo XX, Lucena contaba con una magnífica Banda de Música y maestros de prestigio como Don José Aguado, Don Manuel Gordillo o Don Francisco Moral, entre otros.

Precisamente en esos tiempos, el que fuera alumno de tan ilustres profesores, Don Fernando Chicano Muñoz, fundaría en 1931, junto con Don Manuel López Ortiz, Don Dionisio Calvillo y Don Luis Flores entre otros, la Asociación “Amigos del Arte”, cuya labor fue de una dimensión extraordinaria y piedra fundamental en la que, años después, sería semilla de otras agrupaciones, algunas de las cuales aún perduran. Fue director de esa Asociación el maestro Don Manuel Gordillo, en quien, a su vez, recayó la dirección de la sección musical, dedicando altruistamente su tiempo libre a la enseñanza de esta materia.

El día 5 de diciembre de 1954, en el Colegio de los Hermanos Maristas, Don Fernando Chicano Muñoz, en unión de otros músicos y aficionados a este arte, fundarían la “Sociedad Lucentina de Conciertos”, cuya primera presidencia ocuparía el coronel lucentino Don Vicente Garzón Carmona. La labor que desarrollaría esta nueva formación musical fue breve aunque intensa, favoreciendo la promoción de la música mediante la organización de conciertos en el Teatro Principal. Actuaciones de grandes interpretes y magníficas corales que vigorizaron la decaída vida cultural de la Lucena de aquel entonces y que, prendiendo en el ánimo de los que formaban este grupo de aficionados, motivó la creación, un año de Conciertos”, cuya primera presidencia ocuparía el coronel lucentino Don Vicente Garzón Carmona. La labor que desarrollaría esta nueva formación musical fue breve aunque intensa, favoreciendo la promoción de la música mediante la organización de conciertos en el Teatro Principal.

Actuaciones de grandes intérpretes y magníficas corales que vigorizaron la decaída vida cultural de la Lucena de aquel entonces y que, prendiendo en el ánimo de los que formaban este grupo de aficionados, motivó la creación, un año más tarde, de un reducido coro que con el tiempo llegaría a denominarse “Coral Lucentina” y que, sin interrupción desde aquel año de 1956 hasta nuestros días, sigue realizando su labor musical, llevando el nombre de nuestra ciudad a todos los rincones de la geografía no sólo regional, sino nacional e internacional.

Hay que resaltar que la Orquesta de Pulso y Púa, creada al abrigo de la mencionada “Sociedad Lucentina de Conciertos” y al mismo tiempo que el coro, y que llegaría a contar con una treintena de componentes, formó con el paso del tiempo un binomio con la misma, que las llevarían a crear un amplio repertorio musical y a recorrer toda la geografía provincial en Conciertos subvencionados por la Excma. Diputación Provincial de Córdoba, cosechando clamorosos éxitos de los cuales se hicieron eco los periódicos locales, así como la prensa provincial y la nacional.

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